¿Sabes por qué se canta el Om en las clases de yoga?
El escritor Naren Herrero dice que incluso antes de saludar a alguien en la clase de yoga, deberíamos saludar con el mantra OM. ¿Pero que es ese mantra? ¿Qué significa y por qué se canta al inicio de una clase de yoga?
El Om se canta como parte de la tradición del yoga y el reconocimiento a esa tradición.
Según el hinduismo, el origen del universo tal cual como lo conocemos tuvo su origen a partir de la nada y la oscuridad, lo primero que ocurrió fue una vibración y a partir de allí el sonido, luego la materia, la forma. Por cuanto, se dice que todo lo que vemos, sentimos incluyendo nuestro propio cuerpo, contiene en sí mismo, este sonido primordial, el OM.
De nuestros sentidos, el del oído es el primero que desarrolla y se usa y se dice que es el último que se pierde al terminar la vida, por ello es importante que esa primera manifestación que dio origen a todo, se escuche este sonido el cual representa ese inicio y ese regreso al origen.
Cuando cantamos este mantra, esto nos ayuda a sintonizarnos no solo de una manera simbólica y física a este sonido, sino también para ayudarnos a reconocer esa unión con todos los seres, esa esencia que nos conecta con la naturaleza y todo el universo pues nos une esa vibración primordial que está presente en todo lo que vemos a nuestro alrededor, es una manera de volver a nuestro centro, nuestra fuente.
El canto de este mantra también tiene un efecto sobre nuestros cuerpos físicos, teniendo como instrumento musical nuestro propio cuerpo y voz, ya que las vibraciones de este sonido resuenan en la caja toráxica e internamente, ayudando a relajarlo, ralentizar las ondas cerebrales también de nuestra mente y prepararlo para comenzar la práctica de yoga, de meditación o bien sea para seguir con nuestra rutina diaria.
El consejo para cantarlo sería simplemente toma aire, profunda y suavemente, con los ojos cerrados para que puedas sentir mejor su vibración y los efectos dentro de ti. Solemos cantarlo en clase con las manos juntas o en postura de oración, mientras estamos sentados o de rodillas, como señal de humildad y reconocimiento de esa unidad con todos los seres.
Namasté,
Gauri.