¿Por qué proponemos una intención antes de comenzar la práctica?
En muchas clases de yoga, antes de comenzar la práctica, se ofrece una intención. Normalmente, lo que hacemos es llevar la intención a peticiones personales, hacia uno mismo, bien sea para solucionar dolencias físicas, incluso superar problemas propios.
A veces, estas intenciones las trasladamos hacia personas que nos importan, que queremos y conocemos que están pasando por alguna situación delicada de salud o algún problema. En pocas ocasiones, esas intenciones son ofrecidas por personas que no conocemos, por situaciones externas al practicante, pero que de buen corazón intenta “enviarle” su mejor energía a una persona o un grupo en particular.
Puede que si el instructor nos pide que esa intención la enviemos a otra persona que es ajena con la cual no tenemos una relación directa y quizá el practicante, le cueste un poco soltar esa intención a otra persona y no aprovechar ese momento de la intención para sí mismo.
El escritor y estudioso de la filosofía del yoga, Naren Herrero explica en un vídeo sobre estas cuestiones espirituales, es que aunque pongas esa intención para otra persona, igualmente vas a recibir sus beneficios, que no es una oportunidad perdida para ti.
Ahora bien, las dudas que nos planteamos en algún momento todos, ¿Sirve de algo esta intención que pongo al comienzo de la clase? ¿Realmente llegan? Sinceramente es algo que no se puede medir, pero ha habido diferentes estudios en los que por ejemplo, la coherencia cardíaca que se produce cuando meditamos por otros, cuando deseamos el beneficio de otros, hace que ocurra una mayor coherencia cardíaca en el propio cuerpo del practicante, una mayor tranquilidad y relajación al dejar de pensar tanto en sí mismo y pensar en el otro. Es una realidad también, que cuando sacamos el foco de nuestro propio sufrimiento y nos ocupamos de hacer algo por ayudar a aliviar el sufrimiento de otra persona, esa acción, nos regala mayor paz, más quietud y nos brinda una sensación de tranquilidad.
La Bhagavad Gita, texto de tradición del yoga, en su capitulo 12, dice: “Si no puedes emprender esa práctica, entonces dedícate al cultivo de conocimiento. Mejor que el conocimiento, sin embargo, es la meditación, y mejor que la meditación es la renuncia a los frutos de la acción, ya que por medio de esa renunciación uno puede conseguir la paz de la mente”.
Entonces sigue ofreciendo tu práctica, mejor aún si lo haces para el beneficio de otros, porque quizá esa motivación te ayudará a hacerlo mejor y siempre será una intención que también te va a beneficiar a ti también.
Namasté,
Gauri. (Glaci)